miércoles, 29 de octubre de 2008



“Desde el ángulo de la Mistral”
10-07-2008

¿Has podido decir éstas cosas?
Talvez sí, talvez no, quiero meterme en tu sangre,
y desde allí, proyectarme…

--De inmensos ojos, descarnado,
con un brillo especial en tus negras pupilas
que traducen ternura, a pesar del escarnio
sed de amor, más que de alimento
sed de caricias, de trémulas manos
¡Ven conmigo pequeño!
todo aquello que tú, necesitas…
¡Lo tengo! Y puedo brindártelo…

--Del árido vientre reseco, ha crecido
y se ha multiplicado, un cúmulo de ansias
cargadas de un ¡Nó! Al miedo
¡Ven pequeño!…Tú, serás las preguntas
y yo, la respuesta en silencio.


Susana Gutiérrez Calderón.

lunes, 27 de octubre de 2008






“Creo”
(reflexiones)
17-3-2008
--Creo, a veces, se me da por pensar, por analizar ciertas cosas que pasan en la vida y, como muchas personas dicen: Se podría decir que ni el mismo Dios se acuerda de nosotros.
En cambio, mi reflexión, es diferente, pienso, y no creo estar equivocada; que ésta vida, no es de premio y castigo como decían las abuelas: “Dios castiga sin palo y sin rebenque”.
De lo contrario, las personas que causan mal---“Teóricamente”, deberían pagar sus culpas---Y las que hacen bien, son solidarias espontáneamente---sin esperar vuelto alguno---“Teóricamente”, deberían ser recompensadas de alguna forma---No, materialmente, por supuesto, pero, mínimamente deberían contar con el respeto y consideración, que todo ser humano se merece---Sin embargo, no es así---
Estoy absolutamente convencida, de que somos responsables de muchísimas cosas que nos pasan---Pedimos perfección, y no somos perfectos---Nos quejamos de la incomprensión, y no tratamos de comprender a los demás---Quisiéramos ser amados---¿Amamos?--- Como verdaderamente se debe amar, sin egoísmo, sin restricciones---La misma mano que acaricia---¿Puede matar?---Sí puede---La misma boca que dice las palabras más tiernas y amorosas---¿Puede proferir los improperios más atroces?---Sí puede---El mismo comerciante, industrial ó empresario, é incluso, Políticos, que gastan fortunas en regalos, viajes, y comodidades para sus familiares y amistades---¿Pueden estafar a sus clientes, personal administrativo, obreros y, pueblo en general?---Sííííí pueden---
¿Qué nos pasa a los seres humanos?---¿Será que inconcientemente nos hemos dejado atrapar por mentes extrañas, que nos han hecho creer que solamente vale la persona que obtiene grandes logros en la vida?---¿No nacen y mueren de la misma forma, el pobre como el rico?---
¿El changuito perdido en los confines y el hijo de un alto magistrado?---¿No es idéntico el mecanismo biológico?---Por supuesto, en distinto marco de circunstancias, pero “Sí”, es igual.
Parecería ser que para algunas personas----La vida es una eterna carrera por la superación, la perfección, la obtención de bienes materiales---En fin, una eterna competencia---Que, en definitiva, solo perjudica nuestra salud, física y mental----De ninguna manera estoy en contra del progreso económico, científico y cultural---Pero me sentiría mucho más feliz, si el hombre (genéricamente hablando), dedicara aunque más no sea: de diez a quince minutos diarios, para estudiar la mejor manera de perfeccionarse y progresar como ser humano---Para cultivar más riquezas espirituales---Que son, en definitiva, la esencia del ser.
Creo---Estoy absolutamente convencida, aunque no haya descubierto nada nuevo---
Que dentro de no mucho tiempo---Involucionaremos tanto en calidad humana, hasta ser nuevamente, casi como primates----Creo----

Susana Gutiérrez Calderón.



"A la vera del camino"
30-7-2003


--Venía yo caminando,
Por la vera del camino
tú, venías en tu jaca,
cabalgando, despacito.

--Tu porte, era de nobles
lo adiviné, en tu atavío
de terciopelos bordados,
que lucías, con señorío.

--Pero tus ojos, mozuelo
muy grandes y renegríos
parecían, dos farolas,
que con lenguas de un volcán
las habían encendido.

--Al verme, tú, te apeaste
y, con ademán muy fino
y una leve inclinación
de tu cuerpo muy esbelto
me invitaste a sentarme
a la vera del camino.

--No sabía de dónde eras
ni por dónde habías venido,
pero tus ojos, ¡Brillaban!
como el filo, de un cuchillo
como el filo de una faca,
que atravesaba el sentido.

--De pié, temerosa yo seguía
a la vera del camino
pues, cuánto más te acercabas,
con tus ojos encendidos
mi sangre, se congelaba
con temblor, y escalofríos.

--De pronto, un rayo de sol,
que desde el fino follaje
de un árbol, había salido,
te encegueció, de repente
he hizo que te montaras,
en tu jaca, ¡Bien erguido!
y, siguieras cabalgando
por donde habías venido
y yo, seguí caminando
por la vera del camino.

--Tú, eras como Lusbel
de hermoso, traje vestido
y aquél rayito de sol
era Dios, que desde el árbol
se me había aparecido
y, me salvó de tus garras
y de tus negros instintos.

--Y yo, seguí caminando,
¡Por la vera del camino!


Susana Gutiérrez Calderón.

sábado, 25 de octubre de 2008





“A la memoria de Federico”
15-10-2004


--Si pudieras…
no, no,…no es correcto
si solo quisieras,
mirarme por dentro,
allí, tú leyeras,
aquél viejo libro
que Lorca escribiera.

--Fue hombre, y su esencia
vio en gotas de sangre
las rosas más bellas,
que el rosal no diera.

--Vio, la luna grande
besando aquél niño
que al pozo cayera.

--Oyó melodías…
oyendo al gitano
golpear en el yunque
que el bronce puliera.

--Y yo, estoy mirando:
los claveles blancos
que luto vistieran,
formados en fila
haciendo la guardia
porque al Federico,
la torva justicia,
¡Muerto, lo quisiera!

-- Si solo quisieras
mirarme por dentro,
verías la rosa,
verías los claveles
oirías melodías,
y un coro de estrellas
por ti cantaría.
--Sonríe, mi niño
busca la alegría
que te estoy mirando
y, desde allá arriba
El, también te mira.

Susana Gutiérrez Calderón